LOS ANSIAS - PESCA DEPORTIVA: LOS ANSIAS

EL ESCENARIO: Ayer me tocaba la responsabilidad de elegir el escenario de pesca. No es nada fácil y más en los días de hoy en que se nota con total claridad la escasez de los peces. No hace mucho tiempo, te podías dar el lujo de elegir casi cualquier sitio y ir contento a pescar sabiendo con antelación que la sesión dependía solamente de tu maestría en esta arte tan difícil que es pescar. Pero hoy, entre los cormoranes con y sin pluma, la falta de normativa que proteja tus intereses y principalmente los intereses de los peces, esto va por muy mal camino. Así que después de darle bastantes vueltas, me decidí por el bonito embalse de Buendía. Un escenario difícil, pero donde toda captura sabe a gloria. Todos sabemos que a mayor cantidad de agua, más difícil es la localización de los peces. Y aunque Buendía no está a plena capacidad, hay agua para aburrir!!RESUMEN DE LA JORNADA: Llegamos sobre las 07:00 y aunque íbamos con una idea del sitio elegido, ha sido bastante complicado llegar al escenario en cuestión. El tiempo iba pasando y no conseguíamos encontrar el camino que nos llevara a esa recula soñada. Así que sobre las 09:00 de la mañana encontramos otra recula que me pareció bastante buena. Los peces demostraban su presencia y para no perder más tiempo decidimos quedarnos allí. No me gustaba mucho, pero teniendo en cuenta las circunstancias era lo mejor. Al principio pensé en quedarme en el interior de la recula, pero soplaba un aire frio y helado y eso me ha hecho cambiar de opinión, así que me posicioné en la entrada de la recula con Pery a mi derecha más metido en la recula. Pasó la primera hora y con el entrar del día los peces empezaron a abandonar la recula. Apenas 4 metros de profundidad y aguas cristalinas no invitaban a quedarse allí. Aunque hice un cebado a consciencia y lo mismo puedo decir de Pery, no había señal de actividad. El tiempo fue pasando rápido como siempre que te estás divirtiendo y en nada estábamos casi en la hora de la comida y sin una única picada. La cantidad de alburnos era abrumadora y para animar un poco el tema, decidí montar un aparejo para intentar capturar algún depredador, utilizando el alburno como cebo. Ya sé que no se debe, pero estaba tan aburrido que... Monté la caña y allí la dejé apoyada en un árbol mientras seguíamos charlando sobre la situación. Durante la comida pudimos ver como las carpas seguían saltando en el medio del embalse. Ninguna pensaba acercarse a nuestra zona, eso para mí estaba claro. Tan claro que se lo dije a Pery, aquí se pillamos algo será a última hora.Antes de comer y nada satisfecho con mi puesto, decidí cambiar las cañas para la zona que había elegido con anterioridad. No sé qué me pasaba, pero esa zona me atraía un montón. Rápidamente volvía a cebar la zona que me parecía mejor y regresé junto a Pery. Aunque no veía las cañas estaba tranquilo. Las nuevas alarmas con receptor me daban esa tranquilidad (ERROR). Poco después mientras hacíamos la digestión y nuestros cuerpos estaban en estado crítico, veo el árbol sacudir!! Peryyyy... me han picado!! Voy como un poseso en dirección de la caña y al cojerla... efectivamente, hay algo!! No tiraba mucho, ya que es una caña muy potente, pero sentía los cabezazos. Poco después mi cara era un espejo de alegría. No por el tamaño de la captura, pero sí por conseguir una nueva especie que no sabía que existía en Buendía. Una preciosa perca fluviatilis se entregaba a mis pies. El agua cristalina de Buendía resaltaba sus colores al máximo, es realmente un pez muy bonito. Pero la cuestión era capturar una carpa o un barbo y de eso nada de nada. Pery probaba de todo, yo seguía verificando el cebo de hora en hora y nada. Era desesperante. Ya sabemos que el carpfishing no requiere prisas y sesiones exprés como las que hacemos nosotros no son las más indicadas. Pero es lo que hay. La tarde fue pasando y en nada teníamos el entardecer comiendonos los talones. Puffff... nos vamos a ir sin una captura. Entonces sobre las 19.20 escucho un pii... muy leve, pero algo me decía que pasaba algo. Aunque el receptor no había dado señal de vida, me fui corriendo a ver las cañas. La caña de la derecha estaba con el puntal metido en el agua, el pulpo que utilizo para asegurar que ningún pez me lleva las cañas una vez más me había salvado el equipo. El pez arrancó con tanta fuerza que me levantó la caña de la alarma y por eso el receptor no había sonado!! Después de una bonita pelea, conseguí meter en la sacadora la única captura de la jornada. Así son las cosas, muchas veces debemos acreditar en sensaciones y sentimientos que nos indican lo que hacer en esos días de pesca que todo parece ir mal.